jueves, 2 de diciembre de 2010

Cómo evitar el fracaso escolar

El fracaso escolar afecta a muchos niños. Te contamos qué factores influyen para que los pequeños tengan problemas escolares y cómo podemos atajarlos desde los primeros años de colegio.
¿Qué factores influyen?
Ambiente familiar
Los modelos que se ofrecen a los hijos son fundamentales para su desarrollo. Los niños necesitan un ambiente familiar rico en estímulos,donde capten una verdadera implicación de la familia en su vida escolar. También hay que dedicar tiempos de atención «exclusiva» a los estudios en casa.

Autoestima
Muchas veces las malas calificaciones esconden una baja autoestima en los niños. Si sienten que no son capaces de alcanzar las metas que se proponen, será difícil que las logren. Es muy importante que cuidemos el concepto que tienen de ellos mismos y que les devolvamos una imagen positiva de quienes son y de lo que hacen. Hay que enseñarles a integrar los errores en el proceso de aprendizaje y no venirse abajo ante las dificultades: todos los problemas tienen solución.

Atención
Desde muy pequeños hay que habituarles a tareas que les ayuden a centrar su atención durante períodos de tiempo apropiados a su edad. Para aprender es fundamental que sean capaces de concentrarse en lo que tienen entre manos.

Lectoescritura
Es una de las llaves del éxito escolar. La lectura y la escritura son imprescindibles para todas las asignaturas y si no las dominan, eledificio se tambalea desde sus cimientos. Hay que ofrecerles modelos adecuados desde pequeñitos y fomentar en ellos el amor por la lectura y la escritura. Si observamos dificultades en este campo, es preciso atajarlas cuanto antes.

Motivación
A veces detrás del fracaso está el desinterés y la falta de motivación de los chavales por todo lo que huele a colegio. Esto conlleva falta de esfuerzo personal y abandono de sus tareas. Debemos fomentar en ellos el afán por hacer las cosas por sí mismos y la alegría por conseguir las metas que se marquen. También conviene que les demos una imagen positiva de lo académico: evitemos comentarios sobre lo «rollo» que es el cole o la rabia que da volver a clase el lunes.

Memoria
Esta capacidad -tan denostada durante algunos años- es clave para el rendimiento académico. Se puede ejercitar y estimular con juegos y actividades divertidas. Eso sí, tan importante es que memoricen lo que estudian como que lo entiendan. Para ello deberán comprender primero y retener después. También conviene que memoricen «de forma adecuada», es decir, relacionando lo nuevo con los conocimientos ya adquiridos.

Capacidad del alumno
A veces, el problema radica en que el niño tiene dificultades de aprendizaje o baja capacidad intelectual. En estos casos se precisa una atención especializada cuanto antes. Pero el caso opuesto también puede conllevar fracaso escolar; hay niños con altas capacidades que pueden no ver satisfechas sus necesidades en el colegio (contenidos que se les quedan muy bajos, aburrimiento, intereses diferentes). Si no se detecta a tiempo, ¡malo!

Hábitos de estudio
A estudiar también se aprende.
De nada sirve que se pasen las horas muertas delante del libro si no aprovechan ese tiempo.
Debemos proporcionarles unas técnicas de estudio que les permitan aprender deforma ágil y eficaz.
También es preciso que cuenten en casa con un rincón de estudio libre de distracciones.
Es necesario habituarles aque se ejerciten en el trabajo individual y no dejen aparcadas las asignaturas hasta el examen.
Señales de alertaCiertas circunstancias transitorias pueden convertirse en la base de un fracaso escolar si no se detectan a tiempo:

Problemas de salud. Una pequeña anemia (detectable con un simple análisis de sangre) puede ser el origen de esa apatía que perjudica a su rendimiento. Una pérdida auditiva o algún defecto en la visión, si no se corrigen a tiempo, les pueden hacer ir cada vez más rezagados. Estemos pendientes y no pasemos por alto las revisiones de su pediatra.
Conflictos emocionales. Las malas rachas personales también pueden perjudicar la marcha de los niños en el colegio. La falta de estabilidad familiar les afecta muchísimo: una época en la que haya más problemas, discusiones o reproches en casa puede hacer que su rendimiento baje. Además, en estos periodos suelen aprovechar peor las clases, ya que tienen la cabeza en otro sitio. Intentemos transmitirles seguridad y, si se pasa por un mal momento en casa, charlemos con ellos para calmar sus preocupaciones.
Problemas relacionales. A veces, no sentirse aceptado por los compañeros o no tener amigos puede hacer que se retraigan académicamente. Por no hablar de los complejos: verse gordo, avergonzarse de llevar unas gafas o rechazar el aparato corrector de los dientes pueden ser detonantes de un bloqueo.
Medidas preventivas Hay que actuar ante la aparición de las primeras dificultades. No es bueno pasar por alto las malas notas una y otra vez sin poner medidas para solucionar los problemas de base. Si no, la pelota se irá haciendo cada vez más y más grande.
Hay que concebir el curso como una carrera de fondo. De nada sirve el sprint final en los exámenes de junio si no se han conseguido buenas calificaciones desde el inicio de curso.
No permitir que se instalen en el papel de perdedores. Aunque las notas suelan ser malas, cuidemos su autoestima para que no sientan el fracaso como algo esperado y normal. En estos casos, además de medidas de refuerzo, precisan mucha comprensión y que les transmitamos afán de superación.
Autora: Alicia Herranz, pedagoga

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